Arquitectura y Realidad: Reflexiones desde Baraka

Arquitectura y Realidad: Reflexiones desde Baraka

    En Baraka se explora el vínculo entre la naturaleza, cultura, humanidad y la realidad, que nos muestra el mundo con nuestra existencia de una perspectiva que nos muestra los niveles de la realidad. Estos niveles de la realidad son perceptivos en la naturaleza y culturales en la práctica arquitectónica, hasta ahora, porque es posible no solo para el mundo, en muchos aspectos impacta la arquitectura actual. La arquitectura al igual que la realidad no es monolítica. Esto envuelve un equilibrio de lo práctico y lo estético que forma los matices de la existencia.

 

    El nivel más aparente de la realidad es físico o científicamente identificable y se basa en las leyes de causa y efecto sobre la acción. En este sentido la película Baraka pudo lograr su objetivo porque hay imágenes tan asombrosas de paisajes enormes que nadie podría negar, aunque se preserve en un sentido de naturaleza intacta. Este nivel se expresa en la arquitectura de la misma manera que el requisito de construir estructuras no viole tales reglas por las leyes naturales para mejorar la seguridad de las estructuras. Sin embargo, para que no se pase por alto, la arquitectura no se detiene en lo físico también debe responder a lo viviente respondiendo a las necesidades y prioridades de quienes habitan el espacio. Un gran ejemplo de esto es la forma en que las distintas culturas de Baraka interactúan entre su entorno.

     Avanzando en complejidad, los niveles mental y lingüístico revelan cómo las nociones de intencionalidad y lenguaje operan para convertir la arquitectura en una estructura física que sirve para representar identidades y comunicar significados multifacéticos. Baraka relaciona este cambio con las ceremonias y rituales que demuestran cómo las culturas inventan mundos comunes mediante el uso de símbolos y lenguaje. Como se explica más adelante, la arquitectura en este sentido va más allá de la mera practicidad; se convierte y sirve como un medio de expresión que transmite mensajes e ideologías destinadas a diseñar entornos que están imbuidos de los valores y tradiciones de la gente.

 

    Finalmente, lo que puede denominarse el aspecto cultural, que es el punto donde se unen todas las capas anteriores, explica el lugar donde tiene lugar la esencia completa de la arquitectura como creadora de memoria. Esto se observa en Baraka a través de monumentos y ruinas que se correlacionan con la totalidad de las experiencias humanas. Los arquitectos tienden a apaciguar los anhelos actuales de sus clientes, pero también aseguran la preservación del carácter de la comunidad y la memoria colectiva inherente a ella, fusionando lo práctico con lo metafórico. De igual modo, y puesto que abarca las visiones anteriores, la arquitectura en sí misma, dimensiona la naturaleza compleja de la humanidad por extensión o habitar un espacio donde esto le atribuye a dicho espacio un significado profundo e irreversible.

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